Tàpies pone su arte en la nueva carta del Roig Robí

Cuando la cocina es algo más que rutina de subsistencia, en esos momentos en los que los platos se transforman en efímeras obras, parece lógico cuidar hasta el primer detalle del ritual ante la mesa. Roig Robí, ya un clásico de la restauración barcelonesa, cuenta con una nueva carta con una lujosa reproducción de una obra de Antoni Tàpies.

Tan artística carta, en la que los trazos de Fulla remolí, hoja agitada por el viento, envuelven sugerencias al paladar, fue presentada durante una cena el pasado martes en el local de la calle Séneca. El invitado de honor fue el propio artista y como anfitriona ejerció Mercé Navarro, propietaria del restaurante, en una de cuyas paredes cuelga la litografía original de Fulla remolí con dedicatoria personalizada.

No hubo discursos sino conversaciones distendidas entre el desfile de pequeñas obras de arte culinarias, desde la maestra simplicidad del pan con tomate o el cordero llegado de Burgos hasta el diseño de foie con múrgoles o la pincelada Onal con triple experiencia de chocolate. Tapies se mostró complacido por el ágape, destacando que también con los fogones se consiguen notables creaciones, y por la culminación del deseo, largamente acariciado, de Merce Navarro de tener una carta, además de sugerente, bonita. Punto que es una tentación, como quedó patente cuando unos clientes franceses pidieron una y, encima, el artista le añadió su dedicatoria, por lo que no sería extraño que tan original tàpies, más accesible, pase de mano en mano y, al menor descuido, acabe en la mejor pared de más de un salón.

El Periódico
28_04_1995

Texto: Carlos Núñez
Fotografía: Francesc Casals